Los disturbios ocasionados en las protestas estudiantiles dejaron un saldo de 874 personas detenidas y unos 90 agentes de carabineros heridos, según el informe presentado ayer por el gobierno de este país, sobre los incidentes protagonizados el pasado jueves que se mantuvieron durante todo el día.
Los estudiantes de Chile desafiaron de esta manera la prohibición gubernamental de manifestarse en el centro de la ciudad de Santiago, a tenor de las quejas que han venido realizando desde hace más de dos meses, exigiendo nuevas reformas y más recursos para el sistema educacional de este país que tiene grandes carencias según lo expresado por estudiantes y profesores chilenos.
A todos los disturbios realizados en Santiago por los estudiantes y profesores se le sumó además el descontento de una gran cantidad de chilenos que también protagonizaron en la capital chilena un gran cacerolazo en contra del gobierno del presidente Sebastián Piñera, lo que es un hecho inédito en 20 años de democracia en Chile y marca claramente la disconformidad de una parte de la población con las medidas tomadas por el actual gobierno.
Las fuerzas policiales levantaron vallas y cercaron los lugares elegidos para las manifestaciones, con unos mil agentes y arrojando chorros de agua, gases y cargas de infantería, para dispersar así a los estudiantes. Ante la reacción policial los estudiantes respondieron con un anuncio en el que convocan a un nuevo paro nacional para el próximo martes, hasta que el gobierno mejore su propuesta para terminar las protestas.